Siete ratones ciegos deciden que uno a uno saldrán a explorar qué es esa cosa extraña que ha aparecido cerca de donde viven. El lunes, el ratón rojo palpa una parte de aquello, una parte tan alta y gruesa, sólida, que le lleva a pensar que se trata de una columna. El martes, el ratón verde palpa otra parte de aquello, una parte larga y con forma curvada, suave, que le lleva a pensar que se trata de una serpiente. Cada día de la semana sale un ratón de un color distinto y da su interpretación de qué es lo que él ha tocado. Finalmente, el último ratón explorador palpa todos los rincones de aquello tan alto y gordo, que tiene una parte larga y curvada... Y los siete ratones llegan a una conclusión común que va más allá de los puntos de vista parciales de cada uno de ellos.

Cuando los ratones salen a explorar, ellos no pueden ver lo que palpan porque son ciegos, pero los niños lectores sí ven claramente que lo que palpa un ratón es la pata de un elefante o la trompa o la oreja. El efecto sorpresa que esto provoca en los lectores es increíble.

Con este libro de apariencia sencilla, que evoca las sombras chinescas con el contraste del negro de fondo de cada doble página y los colores saturados de los personajes, aprenderéis los colores y los días de la semana con los niños más pequeños. Y a medida que crezcan podréis reflexionar con ellos acerca de cómo conocemos el mundo que nos rodea y de lo importante que es conocer diferentes perspectivas de un hecho para poder elaborar la propia opinión. Como concluye el libro: "conocer una parte permite inventar una historia bonita, pero sólo la totalidad conduce a la sabiduría".