FR. Un aviador tiene una avería en el desierto. Mientras arregla su avión, se le acerca un niño. La mirada inocente y el pensamiento ingenuo del principito llevan al aviador y a los lectores a centrar la atención en lo esencial. Preocupado porque los baobabs pueden crecer como malas hierbas en su pequeño planeta y agujerearlo por dentro, el niño pide al aviador que le dibuje un cordero que se los coma cuando todavía son hierbas que despuntan. Pero, ¿y si el cordero se come también la flor del principito? A través de sus preguntas constantes al aviador, éste va conociendo su viaje por el universo en busca de respuestas, ¡y dibujos!, que le ayuden en su vida diaria cuando regrese a su estrella.

Los lectores descubrimos a través del diálogo del aviador con el niño que allí donde ha estado el principito ha dado con adultos a quienes no ha entendido y que no lo han entendido a él, dedicados a tareas absurdas como dar órdenes, contar estrellas y guardar las cuentas en un cajón o encender y apagar una farola...

La narración del aviador sitúa a los lectores en la necesidad de cambiar la perspectiva para reflexionar con nuevos parámetros y poder entender lo que es esencial, que a menudo es invisible a los ojos.

El texto íntegro y las ilustraciones de Saint-Éxupery adquieren una nueva dimensión en esta edición pop-up. La elección del papel mate voluminoso en el que se ha impreso la obra amplifica las acuarelas, llenando de calidez las páginas del libro, que combinan de manera sorprendentemente elegante fondos blancos con pestañas rojas, fondos rojos con pestañas blancas, negras, amarillas y rojas.

Los ingenios de la arquitectura del papel dan una visión también sorprendente del desarrollo de la historia, haciendo, por ejemplo, que cuando el pequeño príncipe pide al aviador que le dibuje un cordero, en la doble página se vean sólo los textos, mientras que los diferentes intentos de dibujo que hace el aviador se desvelan sólo cuando se levantan las pestañas.