Quien quiera leer Contes de la perifèria debe estar dispuesto a viajar lejos de la seguridad que da el sentido común a la realidad que lo rodea. El libro invita a la expedición desde la dedicatoria y el índice, impresos en un sobre que viajará por correo aéreo hasta la ciudad australiana de Perth donde lo recibirá su destinatario, Paul, de quien sabemos que está "siempre dispuesto a una buena expedición". Los 15 sellos que Paul verá pegados en el sobre forman el índice del libro. En cada sello se lee el título de un relato sobre un detalle ilustrado de lo que Paul y el lector encontrarán en el relato, y un número que no es el precio del sello sino la página del libro donde comienza el relato.

La periferia en la que están situados los 15 relatos escritos e ilustrados por Shaun Tan es también la periferia de la normalidad, el lugar donde la ficción hace posible que los hechos más extraordinarios y los personajes más extraños tengan un lugar físico palpable en un espacio tan concreto como un barrio residencial donde parece reinar la monotonía. Lo sorprendente de cada relato es que la voz narrativa habla de los hechos extraordinarios y los personajes extraños transmitiendo al lector la más absoluta de las normalidades.

Como dice el propio Shaun Tan en la página de Barbara Fiore: “La mitad de mi atención se centra en paisajes residenciales normales que a menudo fotografío y pinto, y a la vez paso mucho tiempo dibujando personajes imaginarios y mundos ficticios. Y las dos cosas me fascinan por igual. A menudo busco la manera de tender puentes entre esos dos intereses, una ambición que hago más obvia en Cuentos de la periferia.”

En cada relato combina "realidad, fantasía, juegos infantiles y reflexión adulta" y utiliza estilos y técnicas diferentes (dibujo a lápiz de grafito combinado con lápices de colores, acrílico, pastel, óleo, gouache, acuarela...) según cuál sea el efecto que quiere provocar en el lector, lo que convierte en genuino cada uno de los relatos del libro.